Aunque suelen ser tratados como elementos de segunda categoría dentro de la decoración del hogar los electrodomésticos tienen un papel fundamental y más si consideramos el importante gasto enérgico que llevan asociados. Por eso, aunque no sean estrictamente muebles, si nos parece interesante hablar de OLTU, este proyecto de nevera ecosostenible, de Fabio Molinas, finalista español del concurso de diseño eficiente James Dyson.

La FAO dice que casi una de cada dos frutas que compramos acaba en la basura y, en contra de lo que muchos creen, guardarlos en la nevera no es siempre la mejor solución para mantenerlos frescos. Los tomates pierden sabor, las cebollas expulsan gas, los plátanos pierden propiedades nutritivas… OLTU es una buena idea para luchar contra esa obsesión.

Como decimos, OLTU es un sistema de refrigeración de diseño eficiente que permite aprovechar el calor expulsado por la nevera para refrigerar unos recipientes encima de ella. Es aquí donde almacenamos las frutas y verduras que sólo requieren cierta frescura pero sin necesidad de guardarse siempre en frigorífico.

Sí, diseño eficiente pero ¿Cómo funciona? La clave está en unos tanques de agua situados en la parte inferior de la nevera. Al recibir el aire caliente expulsado por la nevera, el agua se evapora y llega a los contenedores donde se encuentran frutas y verduras y vuelve a enfriarse. Esto permite no solo conservar los vegetales a baja temperatura –ideal para su conservación- sino contar también con un nivel de humedad superior al que hay dentro de la nevera. Sólo hay que preocuparse de mantener los tanques con agua suficiente.

Pero OLTU no hace tan solo gala de un diseño eficiente si no que también es muy estética. Al almacenar principalmente lácteos, carnes, pescados y congelador, el frigorífico ya no necesita ser tan grande y voluminoso como las habituales. Eso, sumado a las cestas de frutas y verduras le da un decorativo toque ‘eco-friendly’. La competencia será dura -los 14 proyectos finalistas son muy interesantes- pero desde KÜPU le deseamos toda la suerte del mundo a Fabio Molina por su gran idea.

El frigorífico es uno de los principales ‘agujeros negros’ de energía de nuestra cocina por lo que no es extraño que en los últimos años hayan surgido varias ideas enfocadas a mantener los alimentos frescos con un menor gasto energético. Es el caso de este diseño eficiente de Rochus Jacob inspirado en las neveras africanas: dos vasijas de cerámica, una dentro de la otra, y rellenamos el espacio con arena. Se añade agua y ésta, al evaporarse, consigue refrigerar la vasija interior.

La versión de Rochus Jacob está fabricada en bioplástico, arcilla y espuma de vidrio, logrando una evaporación más rápida y un menor peso que las africanas. Como señala su autor, uno de los puntos más interesantes del invento es la transferencia de tecnología que se realiza desde los países emergentes hacia Occidente, un ejemplo de que el camino del progreso no es unidireccional y que tenemos mucho que aprender.

Hace unos días os iniciábamos la serie ‘KÜPU ECO’ con un par de artículos sobre la creciente tendencia de utilizar materiales reciclables en decoración como el bambú, el cartón, el corcho, la madera sostenible o el aluminio (Parte I y Parte II). Hoy queremos ampliar esto con algunos ejemplos de mobiliario ecológico de diseño realizados a partir de materiales biodegradables y sostenibles que ilustran esta ‘corriente verde’.  Los materiales biodegradables son aquellos que se descomponen más fácilmente en el medio ambiente ya que pueden ser destruidos y atacados por microorganismos. Al reducir el tiempo de degradación presentan grandes ventajas en el tratamiento de residuos.

El sector de la decoración no es ajeno a esta preocupación y dedica importantes recursos de I+D a conseguir accesorios y mobiliario ecológico que se descompongan más fácilmente.Es el caso del profesor de diseño de muebles de la Universidad de Sheffield Hallam Roger Bateman, que junto a su estudiante Matt Harding desarrolla productos biodegradables a partir de lino y plástico natural que derivan del maíz. El resultado son muebles que se descomponen naturalmente y que pueden convertirse incluso en compost.

Otro ejemplo es el trabajo de Emiliano Godoy, todo un referente en el diseño sostenible. Este mexicano lleva tiempo creando muebles y accesorios que puedan ser reciclados, desmontados y convertidos en abono al final de su vida útil. Entre sus obras destaca la colección KNIT formada por varios muebles realizados en madera contrachapada y cuerda de algodón que permite trazar tramas flexibles y adaptables a todo tipo de usos (silla-poltrona, biombos separadores, papeleras…).

Otro buen ejemplo de diseño responsable es la utilización de la ‘goma EVA’, también conocida como ‘Foamy’ o ‘espumoso’. Se trata de un material ampliamente utilizado para crear juguetes y trabajos escolares pero también tiene una gran aplicación para la creación de mobiliario ecológico. Gracias a que es maleable y se le pueden dar múltiples formas, despierta la imaginación de diseñadores que le dan divertidas aplicaciones, sobre todo para muebles infantiles.

Es el caso de esta silla del japonés Satoshi Itasaka, realizada a partir de una única lámina de espuma EVA. Flexible, ligera y muy resistente, encanta a los niños al tiempo que le facilita la vida a los padres que apenas tardarán un momento en montarla y desmontarla.

En el caso de JOYstool, del grupo de diseño español IN-TENTA, la goma EVA se combina ingeniosamente con discos de corcho ecológico unidos por un cordón. Su montaje y desmontaje está pensado además para estimular la motricidad infantil y está especialmente indicada para espacios de juego, guarderías o bibliotecas infantiles. Además sus creadores lo acompañan de un libro con ilustrado sobre las propiedades sostenibles del corcho. Y es que además de sostenible, el mobiliario ecológico también puede ser divertido.