Hace unos días hacíamos el repaso a las Mesas Ikebana y a lo versátiles que son, tanto en ambientes de interior como en exterior. Una de los rasgos más característicos de estos muebles es conseguir un diseño limpio y sin uniones a la vista, como si cada mesa estuviese moldeada a partir de un único volumen, cuando realmente nacen de la unión de varias piezas diferentes. Para conseguir este efecto, se ponen a prueba de todas las habilidades de nuestra diseñadora Cristina Cao así como de los trabajadores del taller de KÜPU, en un proceso que poco tiene que envidiarle a la artesanía más tradicional.
En KÜPU intentamos reunir lo mejor de 3 mundos: la belleza del diseño artístico, la calidad de los mejores materiales profesionales y todo el mimo y cuidado propio de lo artesanal. Para ello, en primer lugar se seleccionan planchas de aluminio (de 5 mm de espesor en el caso de las Mesas Ikebana Alta e Ikebana Baja y de 10 mm para la consola Ikebana), un material que garantiza una larga durabilidad y calidad con una escasa necesidad de mantenimiento. Aunque no es mayoritario, el aluminio es un material usado regularmente en la fabricación de mobiliario de diseño y gama alta, aunque es más propio de líneas minimalistas y más ‘frías’, siendo difícil verlo en muebles de inspiración orgánica u onírica como en el caso de KÜPU. Aquí entra en juego toda la imaginación de Cristina para conseguir transmitir calidez, sorpresa y vitalidad a partir de una fría plancha de metal.
Calidad, diseño y artesanía. Lo mejor de 3 mundos reunidos en KÜPU
Una vez seleccionadas las planchas más adecuadas éstas son recortadas una a una con corte por chorro de agua. El chorro de agua es más lento que otras técnicas como el corte por láser pero permite un acabado perfecto, sin torsiones ni deformaciones del material a causa del calor. El corte se consigue mezclando agua con un elemento abrasivo que, inyectado a gran presión, consigue cortar y dar forma al metal siguiendo las formas deseadas y con una precisión milimétrica.
Es también en esta fase cuando se realizan sobre el metal los calados que darán lugar a los característicos motivos florales de las mesas Ikebana, en un proceso que se repetirá en otros muchos muebles y complementos de la colección KÜPU.
Una vez ‘esculpidas’, las planchas pasan por su primer gran control de calidad, realizado manualmente por un trabajador del taller. Es importante que las formas estén perfectas, sin ningún margen de error en los dibujos, para que los siguientes pasos permitan el máximo nivel de exigencia y calidad.
Tras esto, las planchas se doblan en la máquina curvadora para adquirir la forma definitiva antes de empezar con uno de los pasos más delicados del proceso: el soldado. Si algo caracteriza a los productos KÜPU es la ausencia de uniones a la vista, creando la ilusión de volúmenes únicos que comentamos anteriormente. Esto es fruto de un largo y minucioso proceso donde las soldaduras son finamente pulidas y rematadas para que al pintarlas no quede ningún rastro de ellas. Una vez más, esta fase se realiza individualmente y de forma prácticamente artesanal, sin procesos en serie automatizados. Cada mesa es única.
Un operario de KÜPU realiza la soldadura. Un proceso muy delicado
La siguiente fase es el lacado, antes de la cual es necesario comprobar que el material no tiene ninguna impureza o reborde que pudiese estropear el acabado final. Si es el caso, el aluminio es limpiado convenientemente y a continuación un operario pinta manualmente cada mesa, extendiendo pintura epoxy en polvo que garantizará la larga durabilidad de los productos KÜPU. Esta pintura se deposita electrostáticamente hasta obtener el espesor de capa protectora deseado.
Cada pequeño detalle cuenta, y las líneas curvas y las oquedades de los dibujos y calados en forma de flor son especialmente críticas, ya que si no se realiza con mimo y mucha atención la pintura no cubre todos los orificios de los calados
La gama de colores originales de KÜPU -blanco, negro, rojo, malva, dorado y plateado…- está pensada para ofrecer una amplia libertad de elección pero siempre conservando la elegancia, la inspiración y la vitalidad buscada en cada pieza desde el primer boceto.
Una vez lacada, cada mesa se introduce en el horno a 180º para provocar una reacción química, el polimerizado, que aparte de un acabado visual excelente dotará a la mesa de resistencia a la corrosión y a los agentes ambientales.
Tras unas horas y tras el último control de calidad manual, surgirá una nueva mesa Ikebana que tendrá un lugar muy especial en algún hogar. Un mueble original, diferente e inspirador realizado con el mismo cariño y cuidado que los artistas del Ikebana ponen en cada una de sus creaciones.
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Calidad, diseño y artesanía. Lo mejor de 3 mundos reunidos en KÜPU
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Un operario de KÜPU realiza soldadura. Un proceso delicado
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Mesa Ikebana baja de KÜPU. Calidad y diseño para interior y exterior
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Mesa Ikebana baja de KÜPU. Calidad y diseño para interior y exterior
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Consola Ikebana de KÜPU